Saldos del domingo 7, después de la elección.

Dulce María Sauri Riancho
El domingo pasado Yucatán se distinguió en el país por dos cuestiones. Una, muy positiva, se refiere a la participación ciudadana, que alcanzó un promedio estatal de casi 69%, cuando el porcentaje nacional alcanzó apenas 47%. La otra circunstancia, dolorosa, fue la violencia electoral, con saldo de dos fallecidos en Temax el mismo domingo, que se suman al deceso de un joven hace unos días en Peto. A una escala menor, sí, pero el pacífico estado peninsular compartió titulares con Oaxaca y Guerrero, azotados de nuevo por actos vandálicos que por fortuna no lograron obstaculizar el ejercicio de la voluntad popular.

En cuanto a los resultados preliminares provenientes del PREP, mi “bola de cristal” de la semana pasada funcionó bien en líneas generales. El PRI y sus aliados ganaron la mayoría de los distritos federales, la excepción parece ser el IV federal que se adjudicó el PAN, aunque las cifras definitivas se conocerán este miércoles, cuando se contabilicen todas las actas. A nivel estatal sólo dos distritos de Mérida, el IV y el V, que corresponden al rumbo de Chuburná y de la colonia Alemán respectivamente, el PAN logró la mayoría. Queda por ver qué otros partidos alcanzan boleto que los lleve al nuevo edificio del Poder Legislativo yucateco.

La “joya de la corona”, Mérida, se la quedó el PAN. Los casi 151 mil votos que obtuvo son equivalentes a los que recibió la coalición PRI-Verde para Mérida en los dos distritos federales, un poco más de 154 mil votos. Movimiento Ciudadano (MC), el partido que postuló a Ana Rosa Payán, capturó casi 22 mil votos para el Ayuntamiento de Mérida, y un poco más de 11 mil para las diputaciones federales en el mismo espacio político. ¿De quién tomó votos MC? No parece que el PAN haya resultado particularmente afectado. Más bien se antoja que los sufragios provinieron de simpatizantes del PRI, tal vez descontentos con la repetición de su candidato. Lo sostengo por los números de la elección federal, en la que el PRI y su aliado el Verde lograron 15 mil votos más que Nerio Torres. En buen castellano: si todos los que votaron por los candidatos a diputados federales del PRI lo hubieran hecho también por la fórmula para el Ayuntamiento, el PRI hubiera ganado la elección de alcalde. No fue así, pues posiblemente esos sufragios se transfirieron a Ana Rosa Payán.

La alternancia volvió a ser una constante en las elecciones municipales del interior del estado. En Valladolid, circunstancia novedosa, triunfó la planilla del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo que coloca a la próxima presidenta municipal como parte del grupo de triunfadores del partido de Andrés Manuel López Obrador, junto con los cinco jefes delegacionales del Distrito Federal. Sorpresa fue también el número de votos que ese partido alcanzó en Mérida, casi 10 mil, para ubicarse en cuarto lugar, sobre el PRD. Progreso por primera vez perfila un cabildo opositor al PRI. Allá también se presentó el fenómeno del “voto cruzado”, pues en tanto las dos candidatas a diputadas local y federal se impusieron fácilmente en el puerto, la aspirante priísta fue derrotada por el candidato de Nueva Alianza. En el sur, frente a los barruntos de tormenta de una semana atrás, el proceso transcurrió en calma. El PAN se impuso en Peto, en tanto que el PRI lo hizo en Tekax y Ticul. Destaca la aparente derrota del PRI en Maxcanú, que, de confirmarse, representaría un tropiezo para la familia May Catzin, pues su hijo Camilo no lograría ser electo, después de que sus padres han gobernado alternativamente el municipio por muchos años.

Además de los candidatos, otros ganaron o perdieron en la jornada del domingo. No me cabe duda que la principal triunfadora fue la ciudadanía yucateca, que salió a manifestar su voluntad masivamente. Ganó el gobernador Zapata Bello, que tendrá el apoyo de un congreso mayoritariamente del PRI para la segunda parte de su mandato. La derrota de su partido en Mérida debe dolerle, pero al mismo tiempo le otorga un margen de maniobra importante en el cabildeo de su propia sucesión. El equipo priísta recibe a nuevos jugadores, incluyendo precandidatos al gobierno estatal y a la alcaldía de Mérida para 2018. En cuanto al PAN, gana el alcalde Barrera Concha, que entrega buenas cuentas a su partido. A ver si se lo reconocen. La derrota panista en Tizimín y en el oriente del estado, San Felipe incluido, impacta las posibilidades futuras de Huacho Díaz y del senador Daniel Ávila. Si tiene algún tropiezo Víctor Lozano Poveda en el IV distrito, se reducirá aún más el número de competidores del alcalde saliente. Quienes ganaron la elección federal irán a participar en una legislatura particularmente compleja. Ya les espera su primera tarea: estudiar y aprobar el llamado “presupuesto cero”, que congelará el cumplimiento de muchas de las promesas de campaña por falta de recursos. Jorge Carlos Ramírez brillará en un medio que conoce, e Ivonne Ortega tratará de encontrar su lugar en una realidad política que quizá no corresponda a sus deseos. Mientras, todos los candidatos triunfadores al Congreso local y en los 106 ayuntamientos empezarán a soñar con la reelección en 2018. Otros más, los que aspiran a “la grande”, en el estado y en el país, comienzan a tener pesadillas con un “Bronco” independiente como protagonista.— Mérida, Yucatán.


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