Candidatos en campaña: Cómo y con qué

Dulce María Sauri Riancho
En medio de una discreción rayana con la secrecía se realizó el primer debate entre candidatos a la presidencia municipal de Mérida. Igual que la mayoría de quienes pudieron seguir por radio el encuentro entre candidatos, me quedé con la sensación de que mucho faltó para ser debate. Ya se han realizado en estas mismas páginas varios e interesantes análisis de este déficit, en parte provocado por el rígido formato adoptado por los organizadores. Las principales diferencias se dieron en la forma de lidiar con el pasado. Mauricio Vila se propone que “Mérida siga adelante”, como una manera de comprometer la continuidad de su administración, inspirado en lo que considera buenas prácticas de los alcaldes panistas anteriores. Nerio Torres plantea “Sensibilidad y Orden”, como los dos ejes de su futura acción pública que, al mismo tiempo, le permita deslindarse de la cuestionada administración priísta 2010-2012. En tanto, Ana Rosa Payán se ve a sí misma “Rompiendo esquemas, venciendo el desánimo, la apatía y el enojo”. Carlos Carvajal eligió la frase “Por Mérida sin mentiras”.

Considero que los candidatos, especialmente Nerio Torres, se esforzaron por presentar ideas con el vestido de propuestas: parques, transportes, mercados, y ¡hasta una universidad! Es difícil distinguir las diferencias entre los planteamientos vertidos ese mediodía: todos son muy parecidos, con algunos y leves matices. Demostraron gran capacidad para generar propuestas pero poca, muy poca para considerar los “cómo”. Si esta deficiencia sólo hubiera relucido en el debate, se lo atribuiría al tiempo breve y a la necesidad de comprimir los planteamientos a frases efectistas que pudieran quedarse en la mente de los electores oyentes. Pero no es así. Transcurridos 24 días de campaña, los candidatos siguen sin dar a conocer la forma como se proponen cumplir sus promesas. Y es que ninguno de los cuatro ha querido abordar el espinoso asunto de las finanzas municipales: cuánto dinero capta el ayuntamiento y cómo se propone distribuir el presupuesto para que la ciudad siga funcionando y, además, crezca. Parto de la consideración de que el presupuesto gubernamental, tanto del estado como de los ayuntamientos, tendrá un ajuste severo, consecuencia de los problemas con el precio del petróleo. Quiero enfatizar que transitar de la promesa al compromiso real pasa por resolver, al menos en el papel, la complicada y fundamental cuestión de los recursos disponibles para materializar la obra o para poner en marcha los servicios. Desde esta perspectiva y con el propósito de escudriñar en los “cómo”, hice una breve lista de las principales propuestas presentadas en el debate por parte de los cuatro.

1. Transporte. Mauricio Vila habló del “plan de transporte inteligente”, haciendo a un lado la cuestión de que las facultades en la materia las tiene el gobierno del Estado. Nerio Torres omitió alguna alusión del ambicioso programa de modernización de transporte para Mérida, que fue presentado con amplia difusión por el entonces secretario general de Gobierno. En esta materia, ya se ha anunciado la cancelación o postergación de la construcción del anillo periférico externo de la ciudad, como parte de los ajustes presupuestales del gobierno federal. Ninguno de los candidatos ha mostrado su posición sobre los distintos planes de vialidad para Mérida: si pasos deprimidos o elevados, carriles exclusivos para bicicletas, etcétera. Los candidatos reconocen que es un tema altamente sensible para la ciudadanía, sea por el costo del camión y por el tiempo necesario para los traslados, o bien por las complicaciones del tráfico vehicular en las otrora tranquilas calles de Mérida.

2. Disposición de basura. Dos de los candidatos —Nerio Torres y Carlos Carvajal— plantearon su recolección gratuita. Ana Rosa Payán señaló que nada es gratis, que acaban pagando los ciudadanos. En este tema, Vila nadó “de muertito”. Un poco de historia: cuando fue creada Servilimpia como paraestatal municipal en 1986 compartió territorio con la tradicional empresa Pamplona. En los dos casos se pagaba cuota de recolección, diferenciada de acuerdo con la zona de la ciudad. A la fecha, la recolección de basura a cargo de tres empresas es subsidiada por el municipio de Mérida, así como la operación del relleno sanitario donde se depositan los residuos. Ciertamente hay quejas y extensas zonas de la ciudad que desdicen el tradicional calificativo de Mérida Blanca del cual tanto nos enorgullecemos. Esta situación demuestra con claridad que se requiere mejorar la eficiencia del servicio; volver quizá al esfuerzo de separación y al enésimo intento de que funcione su planta.

3. Compromisos pendientes. ¿Qué pasó con el rescate del Paseo de Montejo para lo cual se contaba con recursos millonarios ya asignados? ¿Qué mensaje pretende enviar Mauricio Vila cuando plantea de nuevo su rehabilitación? ¿Y los proyectos para La Plancha? Se habla mucho de parques, nada de arborización, de agua y medio ambiente, pese al calor que nos agobia.

Considero necesario que los candidatos expliquen a la ciudadanía cómo pretenden materializar sus propuestas. Además de permitirnos apreciar el grado de conocimiento sobre los temas, también ayudará a reconocer la intensidad del compromiso con esas mismas ideas. No pretendo teñir de gris el horizonte presupuestal de la próxima administración municipal, pero es un escenario desafortunadamente probable. Aunque sea campaña electoral, un toque de realismo no vendría mal para convencernos.— Mérida, Yucatán.


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