Optimismo para Yucatán


De la India al espacio
Dulce María Sauri Riancho
Soy optimista al arrancar 2013. No sólo porque es mucho mejor esperar cosas buenas del futuro en vez de atormentarse con lo malo que pudiera suceder, también, porque el año que recién finalizó trajo acontecimientos que permiten alimentar la esperanza de encontrar finalmente el lugar que nos corresponde en un mundo globalizado.
Seleccioné cinco hechos que me permiten documentar mi sensación de que el cambio es posible. Tienen que ver con la participación de las personas, hombres o mujeres, jóvenes y adultos, locales y extranjeros radicados en nuestro estado, que muestran cómo existe y rinde frutos una actitud abierta para enfrentar los retos del futuro.
Uno. Jóvenes estudiantes de la Universidad Marista destacaron nacional e internacionalmente en materia de Derechos Humanos. Dos alumnas de la Licenciatura en Derecho ganaron el primer lugar en el Concurso Interamericano de Derechos Humanos en la American University, prestigiado centro de educación superior, ubicado ni más ni menos que en Washington. Otros dos jóvenes alumnos de la misma escuela de Derecho obtuvieron el primer lugar en el Concurso Iberoamericano de Derecho Internacional y Derechos Humanos “Francisco Suárez, S.J.”, en Colombia, donde compitieron con otros equipos de varias universidades de Centro y Sudamérica. Entre todos los reconocimientos logrados por los alumnos de este centro educativo descuella el Premio Rolex, instituido por esta prestigiada firma relojera cuya matriz se encuentra en Suiza, para reconocer los proyectos en materia de preservación y cuidado del medio ambiente en el mundo. En este certamen bianual, el proyecto de una joven marista fue uno de los cinco seleccionados en el mundo, junto con otros menores de 30 años de Gran Bretaña, Italia e India.
Dos. La Feria Internacional del Libro de Yucatán (FILEY), organizada por la Uady, cuya primera edición se llevó a cabo el pasado mes de marzo para conmemorar los noventa años de su fundación en 1922. Por primera vez hubo en nuestro estado un evento de esa magnitud, que congregó a numerosas casas editoriales mexicanas y extranjeras, complementado con la destacada participación de autores reconocidos y conferencias magistrales sobre diversos rubros, como la mesa panel celebrada con los editorialistas gráficos, que son los caricaturistas. Fue un agasajo, que corría el riesgo de volverse una golondrina que no haría verano. La buena noticia de 2013 es que la Uady ha decidido asumir el reto de transformarlo en un evento anual, que habrá de realizarse en este marzo.
Tres. El Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico de Yucatán (Siidetey), cuyo proyecto más conocido es el Parque Científico de Mérida, localizado en Sierra Papacal. Es una obra ambiciosa, pues además de congregar a los diversos centros de investigación nacionales y de la entidad en un mismo espacio físico, compromete la creación de instalaciones de “primer mundo”: red de fibra óptica para internet de alta velocidad y una moderna biblioteca para uso común de los investigadores. Buena parte de esta infraestructura ya está instalada. Este colosal proyecto fue iniciado en el gobierno anterior, pero será en éste cuando encuentre su destino definitivo, que confiamos sea llevarlo a su feliz término.
Cuatro. Arte a Mano. Por novena ocasión, el 1º de diciembre se realizó un bazar con exposición y venta de productos de sesenta y cuatro artistas y artesanos de la Península de Yucatán. Compartieron el salón principal de la Cámara de Comercio, artesanos tradicionales con artistas innovadores en la elaboración de distintos productos, como joyería, vidrio soplado, bordados y pintura sobre lienzos utilitarios, como manteles y servilletas. La asociación civil que auspicia este movimiento: Amigos de Artistas-Artesanos Nuevos de Yucatán, A.C. (AANY), comenzó hace cinco años su labor para ayudar a los creadores a desarrollar su obra y a resolver los complejos problemas de su comercialización. Los integrantes de AANY son voluntarios, extranjeros residentes en Mérida desde hace varios años, quienes han encontrado en esta actividad altruista una manera de devolver a esta tierra su generosa acogida y a la vez, de emplear sus capacidades y conocimientos.
Cinco. Los estudiantes del 5º semestre de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Modelo con especialidad en Mecatrónica llevaron a cabo el lanzamiento de un satélite educativo amateur IMK-SAT el pasado 14 de diciembre, como parte del Programa Espacial de ese centro de estudios. Sí, lo lee usted bien. Jóvenes de 20 años de edad, bajo la coordinación de un experto en vuelos del espacio cercano, se organizaron para poner a 30 kilómetros de altura (tres veces la que alcanza un avión comercial en pleno vuelo), un aparato de captura de imágenes y videos del espacio yucateco. Este proyecto forma parte de una iniciativa de la Modelo para promover nuevas capacidades entre sus estudiantes para el diseño, desarrollo, operación y análisis de misiones espaciales a través de la integración tecnológica. Y quizá, de esta manera, coadyuvar a que la Agencia Espacial Mexicana se instale en Yucatán.
El mínimo común de los cinco acontecimientos relatados líneas arriba es la imaginación para plantearse retos en lugares y temas que por un inexplicable “complejo de inferioridad” social nos resistíamos a abordar. De la India y Suiza, al espacio. De la artesanía y arte popular, al desarrollo sustentable y la educación ambiental. De la ciencia y la tecnología, a los Derechos Humanos. ¡Ése es Yucatán de 2013! ¡Esos son las mujeres y hombres que están transformando esta tierra!- Mérida, Yucatán.

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