Yucatán: fortalezas, debilidades, amenazas, oportunidades

NECESARIO DEBATE

Dulce María Sauri Riancho

Hace unos días fui invitada a entablar un diálogo con un grupo de jóvenes estudiantes de Arquitectura de la Universidad Marista. La pregunta a responder era si Yucatán puede ser un "estado desarrollado", si tenemos condiciones para aspirar a mayores y mejores niveles de bienestar. Y sobre todo qué tendríamos que hacer para lograr los cambios indispensables para alcanzar ese objetivo.

El método FODA ayuda para aclarar las ideas. No es otra cosa que identificar las Fortalezas, reconocer las Debilidades, detectar las Amenazas y, sobre todo, vislumbrar las Oportunidades que se presentan. En este caso, se trataría de plantear el FODA para Yucatán, como una manera de contribuir al indispensable debate ciudadano con miras a las elecciones del próximo año.

Como el desarrollo completo de la denominada "matriz FODA" excede con mucho el generoso espacio disponible, decidí dividir la presentación en cuatro partes. La primera es la relativa a las Fortalezas que tiene nuestra entidad, mucho más allá del discurso nostálgico sobre la perdida riqueza henequenera y la herencia colonial del lamento por la pobreza del suelo o el alejamiento (físico y presupuestal) de Yucatán de los centros del poder político y económico.

En la región Sur-Sureste de México, Yucatán es el estado con mayor equilibrio entre sus sectores productivos. Aun con el descenso de la producción agropecuaria por la falta de atención al campo, la pesca, la industria de transformación, los servicios: turísticos, educativos y de salud, se proyecta una economía diversificada.

Otro elemento muy valioso es la integración peninsular, tanto en materia económica como social. El crecimiento de la actividad petrolera en Campeche y el turismo masivo en el Norte de Quintana Roo han apuntalado a la economía yucateca en los últimos años.

La ubicación geográfica de Yucatán, en la parte norte de la península, penetrando en el Golfo de México, propicia la relación económica y cultural con la región de Centroamérica y el Caribe, así como también con la costa este de los Estados Unidos.

Yucatán tiene una amplia y bien consolidada infraestructura productiva y de comunicaciones. La red carretera cubre el estado y la ausencia de ríos, barrancas y montañas ha contribuido a extender los caminos hacia todos los rincones de la entidad. Contamos con el puerto de altura de Progreso, dos aeropuertos -Mérida y Kaua- con condiciones de excelencia para la operación de pasajeros y de carga. Las telecomunicaciones están al alcance de la mayoría de la población, con la única limitante del precio de sus servicios.

El denominado "Bono Demográfico" permite tener la más numerosa generación de jóvenes yucatecos, muchos de ellos con una escolaridad más elevada que sus padres, pues han podido asistir a las escuelas de educación técnica y a las universidades, en Mérida y en varias ciudades del interior del estado. Además, con la UADY, el Cicy, el Cinvestav, el Ciesas y otros más, se ha conformado una red de universidades (89 en el estado) y centros de investigación científica y tecnológica (24 establecidos en la entidad) suficientemente amplia para atender los retos de la Sociedad del Conocimiento, por lo menos en su etapa inicial. La identidad yucateca, ese sentido de pertenencia a una cultura y a una sociedad con sus propias características, es también una fortaleza. Le da base y sustento a la cohesión social, donde el reconocimiento al valor del pluralismo cultural -maya, mestizo, mexicano- tiene un valor central.

La sociedad yucateca ya experimentó un proceso de reconversión económica, que fue el fin de la dependencia casi absoluta de la actividad henequenera, y la consiguiente diversificación productiva. El complejo proceso de adopción de nuevas actividades económicas y de una forma diferente de organización social para la producción, reflejan la capacidad de los yucatecos para la innovación y el cambio. Esta misma sociedad ha vivido dos procesos de alternancia electoral, cuando el PRI perdió la gubernatura en 2001 y el PAN en 2007, en forma tersa, sin alteración del orden institucional, y ése es otro factor positivo a considerar.

Cuando se aproxima una elección de gobernador, se despierta el interés por conocer el nombre de la persona postulada para el cargo, en particular si representa al PRI o al PAN. Todavía poco, pero cada día con mayor intensidad, comienza a abrirse paso en el debate ciudadano la necesidad de conocer qué se proponen realizar si triunfan, más allá de disfrutar de las "mieles del poder", ellos y sus allegados. Como ha quedado patente, la matriz FODA puede ayudar a realizar el análisis y a desentrañar el misterio que acompaña a cada candidato.

La próxima: Las Debilidades de Yucatán.- Mérida, Yucatán.

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